El haber realizado el conjunto de ceremoniales para estar facultado para poder hacer uso de los preceptos y conocimientos que nos ofrece IFA, conlleva un sin número de cumplimientos que no hace fácil realizar la trayectoria religiosa como un verdadero hijo de Orunmila.
Uno de los aspectos más concurrentes entre otros está el de saberse desprender de esa falsa idolatría que asalta generalmente a los consagrados en IFA. Sustraerse a ese sentimiento no resulta fácil, porque se requiere ser poseedor de un fuerte auto control bien desarrollado, amén de un amplio conocimiento de lo que es IFA, para no verse arrastrado a ser utilizado como un "tonto útil" por personas ambiciosas que tengan pretensiones con diversas intenciones y fines menos el religioso, o de creerse ser un superdotado en los secretos del más allá.
De lo señalado anteriormente se desprende el por qué los religiosos no deben tomar parte o adoptar posiciones de otras índoles que no sean netamente teosóficas. El no cumplir este precepto puede arrastrar a toda la congregación religiosa a que cada miembro se manifieste individualmente lo que traería por consecuencia la disolución religiosa o la creación de una opinión generalizada de no haber sido nunca una verdadera agrupación con verdaderos fines y principios religiosos y si de una organización con otros fines disfrazada de religiosa.
Cuando digo que el babalawo debe ser poseedor de un fuerte autocontrol, este control le impide que se vea situado aún en contra de su voluntad y deseos de asumir posiciones y actitudes que contrasten grandemente con la verdadera vocación religiosa que debe esgrimir.
La vocación religiosa parte de la concepción de equidad que se tenga de la Justicia Divina, que conlleva el ser imparcial, porque esta resulta indispensable para poder crear con firmeza todo el delicado, humano y difícil andamiaje que nos sustentará en nuestras expresiones y actitudes religiosas.
Ser santero o babalawo entraña la obligatoriedad de brindar nuestros servicios de ayudas a todo aquel que lo pida y lo necesite; para ello no se requiere ni es pertinente realizar todo un espectáculo público radiado o televisado, o con otras algarabías de prensa, porque sería llevar a la religión a ser utilizada con propósitos y fines de utilidad personal aunados a otras intenciones apartadas de las razones y motivos religiosos. El ser religioso es vivir y actuar desprendido de las ambiciones de lucro, de lo contrario sería un mercader y no un religioso.
Para poder emplear las fuerzas que la oración y la sana intensión cargada de las más sinceras expresiones de sacrificios, de amor, de bondad para pedirle a una santidad o a una entidad, debe estar impregnada de esos sensibles y nobles deseos teniendo siempre presente lo necesario de determinar anticipadamente, si la o las penurias y sufrimientos que experimente el afectado por el cual se efectúa la petición obedezca a resultados de haber tenido pasadas actuaciones dañinas con graves afecciones a terceros y ahora recibe el natural castigo de los santos por sus anteriores depredaciones.
Los santos y entidades no están al servicio del mejor postor, y si de aquellos, nobles de corazón que necesiten de la Justicia Divina.
Como se verá. Ser un verdadero religioso es una tarea en extremo delicada, difícil y en muchas ocasiones no es entendible su posición.
¿Podemos esperar que un Santo pueda concederle bienaventuranzas aquel que en el desempeño de su vida no ha cumplido con los más elementales principios de tolerancia, humildad, ayuda, bondad y amor al prójimo? ¿Cuál ha de ser la reacción del Santo hacia aquellos que pretenden hacer mal uso del santo en la búsqueda de la obtención de lucros personales y de otras oscuras e innobles índoles?
Por la otra parte entendemos que la razón por la que existan falsos depredadores sacerdotes en cualquiera de las religiones que hacen vida mundial, no significa que ésta o mas cual religión sea falsa, mucho más cuando existe un sin número de años brindando lo mejor de sí ayudando al prójimo y al necesitado; por tales motivos nos sentimos solidarios con la Iglesia Católica e imploramos a nuestras fuerzas y potencias religiosas que el Catolicismo salga victoriosa del impase en que se encuentra sumida en estos instantes.
Dado en la ciudad de Caracas el 28 de Febrero 2013.
Adalberto Herrera Omo Odun Otura Tiyu.